Este es un comentario hecho por un columnista de ESPN que nos llamó mucho la atención, espero les guste...
"¿Por qué no existe un Draft como el del basquet en fútbol? Si existiera una cosa así, grandes jugadores como Gareth Bale, Arda Turan o Robert Lenwandowski podrían jugar la Copa del Mundo".
"Cómo, ¿qué decís? Explicame eso".
"Claro. Hay países cuya selección jamás podrá jugar un Mundial, y jugadores nacidos en esos países que merecen jugar una Copa del Mundo. Si hubiera existido un Draft, George Weah (Liberia) o Jari Litmanen (Finlandia) podrían haber jugado por lo menos un Mundial".
"¿Vos pensás que una idea tan loca funcionaría?"
"¡Por supuesto! Las selecciones más modestas que van a jugar la Copa del Mundo podrían elegir un jugador o dos para reforzarse y así sus equipos no sólo serían más competitivos, sino que grandes jugadores podrían disputar un Mundial y el fútbol les haría justicia".
"Vos decís, que según cómo lo hayan hecho en su fase de clasificación ¿tendrían derecho a elegir respetando un orden de prioridad?"
"Así es. Todo reglamentado y con dos jugadores como límite. ¿No se ha vuelto un negocio el fútbol? Bueno, por qué no beneficiar aunque sea un poco a las selecciones humildes para mejorar su participación y de paso hacerle justicia a jugadores que deberían estar y no pueden"
"Pero para que suceda una cosa así deberían ponerse de acuerdo las federaciones cuyas selecciones sean incluidas en ese Draft, con los jugadores y con los equipos a los que pertenezcan esos profesionales..."
"Claro que sí. Aunque es todo conversable. ¿O no? Hablamos de dinero. Con la plata que ingresan de parte de la FIFA y con el aporte de patrocinadores, esas federaciones podrían alquilar -por decirlo de alguna manera- a ese o a esos jugadores para que puedan ayudar a sus equipos. No es tan difícil. Una mejora que va de la mano de este mundo globalizado y que mejoraría el espectáculo".
Las ideas más revolucionarias pueden surgir de un diálogo futbolero cualquiera, como el que tuve con mi cuñado Martín en los últimos días. Él es un fanático del fútbol y de River Plate. Aunque se dedica a algo que no tiene nada que ver con el deporte. Es un empresario exitoso en el rubro médico. El asunto es, ¿tiene algún costado perjudicial esta propuesta que ensayó? Porque puntos favorables le sobran. No puede ser argumento para rebatirla pensar que la selección de Australia puede ser semifinalista con los goles de Zlatan Ibrahimovic. ¿Y qué si lo pudiera ser? Seguramente lo tendría bien ganado.
O que Costa Rica llegara a los cuartos de final de la Copa del Mundo gracias al desempeño de Gareth Bale. ¿Por qué no? En cualquier caso, jamás un jugador solo puede hacer campeón a un equipo. Sí, ayudar. Pero el fútbol es cuestión de once contra once. Una o dos individualidades ayudan. No hacen milagros. Hasta los genios necesitan un contexto favorable para reflejar su maestría.
Hemos visto de todo en el fútbol, y demasiadas cosas censurables. Nacionalizar jugadores inventando familiares que jamás han existido, o falsificando documentación. Presiones que han incluido amenazas de muerte al momento de querer firmar a un jugador. Fraudes millonarios y lavado de dinero. Usufructo por parte de gobiernos corruptos de todo lo que genera la pasión deportiva. Premios otorgados de manera arbitraria tras hacer gala de recursos o artimañas de última hora para cambiar decisiones. Evasión impositiva por valores billionarios. Tráfico de influencias. Dirigentes y representantes sinvergüenzas, jugadores explotados...
Si en una época era común que los jugadores representaran a la Liga en la cual desarrollaban su carrera (los argentinos Monti, Orsi, Guaita y Demaría fueron campeones del mundo con Italia en 1934, sin ir más lejos. Y dos de ellos habían usado la camiseta de Argentina en el Mundial anterior), ¿por qué ahora no se podría volver a cambiar el paradigma?
La Ley Bosman eliminó la barrera de la extranjerización y el coto cerrado. Un Draft previo a la Copa del Mundo para que las selecciones más desfavorecidas no sólo deban contentarse con participar de la fiesta, sino que tengan derecho a soñar con algo más, no puede ser tan malo. ¿Qué les parece?
Fuente: Roberto Martínez, Columnista de ESPN. Y ESPN
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